Así como Cerebro tiene a Pinky en la caricatura, la industria alimentaria nos tiene a nosotros. Pensamos que tenemos la decisión de elección cuando la realidad es que la decisión ya fue tomada por los otros.
John Erb, investigador asistente en la Universidad de Waterloo en Canadá, pasó varios años trabajando para el gobierno y mientras escribía "El Lento Envenenamiento de América", descubrió que existían cientos de estudios en todo el mundo, en donde científicos estaban creando ratones y ratas obesas para utilizarlos en el estudio de la obesidad y la diabetes. Como ninguna raza de ratones es obesa por naturaleza, los científicos las crearon. Hicieron a estas criaturas obesas al inyectarles GMS cuando estaban recién nacidas. El GMS triplica la cantidad de insulina que el páncreas crea, causando que las ratas -y los humanos- se vuelvan obesos.
Esta sustancia química que es agregada indiscriminadamente a los alimentos procesados sin reglamentación ni estudios que avale su seguridad, es la responsable de que México viva una tragedia humana en carne y hueso donde sus habitantes ahora rompen la marca de ser los más obesos en el mundo y tener elevados niveles de diabetes infantil.
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